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Condena ante los sucesos de Orlando y París

Ante los gravísimos sucesos producidos en Orlando (Florida, EEUU) y París (Francia), desde Respeto (España2000, PxC y PxL) queremos manifestar nuestra condena más absoluta por el derramamiento de tanta sangre inocente.

Pero hay más que decir. Desde hace décadas, España arrastra una larga experiencia de una clase política que, bien se ha mostrado abiertamente inoperante ante el terrorismo, bien ha ofrecido “comprensión” o, en algunos casos, incluso connivencia alegando motivos políticos de diversa índole. Esto no puede volver a suceder nunca y, por lo que escuchamos, nos tememos un lamentable retorno del pasado. Ante todo, se hace necesario que abordemos el asunto del terrorismo, como lo que es: un enemigo al que hay que aniquilar.

Pero, si bien este sentimiento es compartido por muchos, sobreviene una notable confusión cuando se discuten las razones por las que el fenómeno terrorista vuelve a sernos tristemente familiar. Por eso, aunque nadie quiere decirlo, se hace necesario proclamar que la razón de este tipo de terrorismo es el Islam radical, la nueva firma de yihadismo, que se ha introducido a través de nuestras fronteras.

El hecho pone en evidencia que constituye una insensatez abrir fronteras sin criterio alguno, alegando razones presuntamente humanitarias. Ningún Estado puede sobrevivir si es incapaz de garantizar la soberanía de sus fronteras; es decir, determinar quién entra y quién sale por ellas. Esta idea tan sencilla ha sido ridiculizada y perseguida por muchos que hoy se lamentan en diversas tribunas públicas, pero que, en realidad, tienen una parte de responsabilidad nada desdeñable en los tristes hechos a los que hoy nos referimos.

Por eso, desde Respeto queremos solidarizarnos con los familiares de las víctimas pero también queremos que se pongan de una vez por todas medios eficaces para que esto no vuelva a suceder. ¿Cuando ocurrirá el próximo crimen?

Es posible que, ante acontecimientos tan lamentables, muchos quieran ahora ganar prestigio moral a base de apelar a la conmiseración para escamotear las causas reales del problema. Sin duda, harán gala de su habitual falsa moral, que pone los medios para que esto suceda y luego se lamenta de lo sucedido. Pero somos millones a los que nos repugna una clase política, mediática y dirigente, profundamente cínica. Es hora de que el Estado cumpla su papel de garantizar primero las vidas de sus ciudadanos. Es hora de abordar el problema sin complejos ni tabúes impuestos por aquellos que hoy deberían de ser señalados por todos.

El islamismo y su aplicación política, la sharia, es incompatible con los valores europeos.