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La extraña alianza norteamericana contra el Estado Islámico

INCONGRUENCIAS Y DOBLES RASEROS A PARTES IGUALES.

EEUU y sus aliados tanto regionales como europeos, en especial Gran Bretaña y Francia, primero permitieron la aparición de grupos islamistas “moderados” en Siria e Irak, que han terminado convirtiéndose en filiales de Al Qaeda o en vasallos del Estado Islámico, posteriormente se les dejó actuar libremente y de forma más activa en Siria, hasta que la comunidad internacional tras los desmanes y exterminio de poblaciones enteras en Irak a manos del Estado Islámico reclamó la ayuda estadounidense, la cual aparece como si de salvadores de la civilización y los derechos humanos, se tratasen. Todo para al final, intervenir militarmente en Siria donde fracasaron en su anterior intento, debido al veto de Rusia y China, muy especialmente a las serias advertencias realizadas personalmente por Putin a los gobiernos norteamericano y saudí. Sin olvidar que Rusia tiene entre otros muchos intereses, la base naval de Tartus que es de vital importancia estratégica para los rusos.

Así y siguiendo el guión, el Presidente Obama, ha iniciado un peligroso juego de intervenciones y de alianzas con países árabes que tienen en común estar dirigidos en su gran mayoría por gobiernos despóticos y sunitas (una de las dos ramas mayoritarias del Islam, junto al Chiismo con el que se encuentra radicalmente enfrentado) a la vez que enfrentados entre sí dando cada uno financiación y cobijo a los distintos grupos armados islamistas, según sus intereses. Así podemos diferenciar dos grandes bloques de estos “aliados”:

Por un lado tenemos el bloque formado por la mayor parte de los países del golfo con Arabia Saudí a la cabeza, que financiarían y dan apoyo a lo que occidente y EEUU se empeñan en calificar de islamistas “moderados” cuando atacan al Gobierno y a la población de Siria, y de terroristas yihadistas cuando lo hacen contra los intereses o tropas “occidentales”. A la postre son, lo que son: terroristas que se nutren ideológicamente del movimiento político/religioso llamado Wahhabismo, o como ellos prefieren denominar “Salafismo”. Se llame como se llame, dicha ideología, no es más que una interpretación radical del Corán junto a una rigurosa aplicación de la Ley islámica o Sharia. El máximo exponente y origen de dicho movimiento islámico es Arabia Saudí donde rige como doctrina religiosa oficial. Hasta hace poco el reino saudí era un fiel e inseparable aliado de los EEUU en la zona, pero en los últimos tiempos se ha distanciado e incluso rebelado en contra de la política de Washington a raíz del acercamiento norteamericano a la República Islámica de Irán, que es visto por Riad como su mayor enemigo por ser su oponente en la lucha por alcanzar el liderazgo regional y ser además la cuna del chiismo, la otra rama del Islam y contraria a sunismo. Gran parte de los actuales grupos terroristas como Al Qaeda tienen su origen ideológico en el wahabismo y que al igual que hoy en día, fueron utilizados en el pasado como peones de EEUU en el tablero de ajedrez de la política internacional, como así ocurrió en Afganistán en los años ochenta, y tal como ocurre ahora, se volvieron contra sus antiguos patrocinadores pasando de ser considerados como muyajidines luchadores por la libertad a terroristas sanguinarios tras el 11-S.

Por otro lado y enfrentado al bloque representado por Arabia Saudí, está el formado por Turquía, que no olvidemos es miembro de la OTAN y eterno aspirante a entrar en la Unión Europea. Junto a Turquía y dentro de este bloque, estaría el Emirato de Catar. Este bloque que tendría como base religiosa el Islam sunita, como el bloque anterior, pero esta vez su máximo valedor Turquía, no actúa bajo la interpretación ideológica wahhabista, sino bajo la ideología propugnada por lo que se conoce como la Sociedad de los Hermanos Musulmanes (los mismos que apoyados por la Turquía de Erdogan ganaron las elecciones de Egipto y que fueron derrocados en el 2.013 por un Golpe de Estado apoyado por los gobiernos sunitas del bloque contrario). Turquía y Catar, este último país es el mismo que patrocina las camisetas del Barcelona C.F., son señalados por muchos como los sustentadores o al menos de mantener lazos económicos y logísticos con el mal llamado Califato del Estado Islámico.

En resumidas cuentas, la cínica y artificial “alianza” contra el terrorista Estado Islámico, tiene como socios a un conjunto de países enfrentados entre sí por acaparar el mayor poder regional posible, antes que los EEUU prescinda de ellos como suministradores de gas y petróleo gracias al nuevo sistema de extracción por medio de fracturación hidráulica o más conocido como fracking, el cual ha llevado a los norteamericanos a estar muy cerca de la independencia energética y por tanto, a dejar de ser un prioridad en su política internacional el mundo árabe y en especial la región del Golfo Pérsico. Es curioso además, que hasta ahora el sanguinario Estado Islámico solo haya atacado y ocupado territorio de naciones de mayoría Chií como es el caso de Irak o contrarias a los intereses de EEUU o Israel, como Siria y el Líbano y solo ahora cuando el Gobierno norteamericano ha decidido actuar contra ellos de forma limitada por medio de ataques aéreos, es cuando el Estado Islámico ha dirigido sus amenazas y públicas ejecuciones, contra intereses y ciudadanos norteamericanos.

El “Califa” del Estado Islámico Abu Bakr al-Baghdadi, no es otro que un viejo conocido por los estadounidenses, al igual que lo fue Osama Bin Laden en Afganistán en su día. Al-Baghdadi estuvo preso durante 11 meses en el centro de detención norteamericano ubicado en Irak y conocido como Camp Bucca y por donde casualmente han pasado gran parte del del Consejo Militar del Estado Islámico, como son los casos de Abu Ayman al Iraqi, Adnan Ismail Naym, muerto el 4 junio de 2.014 en Mosul (Irak) y Samir Abel Hamad al Obeidi al Dulaimi, alias “Hayi Bakr”, abatido en enero de 2.014 en Alepo (Siria).

El actual teatro, que tal vez sea la mejor definición para describir la situación actual, deja servida en bandeja la “excusa” perfecta a EEUU para intervenir militarmente en Siria, armar junto con sus aliados europeos a las milicias opositoras al régimen sirio, que son presentadas como islamistas “moderados” que derrocaran al “malvado” Bashar al-Sad y terminaran con los yihadistas del E.I., cuando lo cierto es que estos “moderados” mismos han demostrado no solo el más absoluto desprecio por los derechos humanos, basta recordar algunas imágenes de ejecuciones de prisioneros tanto militares como civiles e incluso actos de canibalismo, sino que además cooperan estrechamente con la rama de Al Qaeda en Siria que allí tiene como representante al Frente Al-Nusra liderado por Al-Golani. Lo único que los diferencia a estos islamistas “moderados” de los yihadistas del Estado Islámico, es que estos últimos han logrado superarlos en salvajismo y crueldad instaurando un régimen de absoluto terror.

Es de temer, que lejos de solucionarse los problemas creados por unos y por otros, la “cínica” alianza de naciones auspiciada por los EEUU, termine por sembrar mas aún el caos y convertir a Oriente Medio en un infierno más allá de donde ya lo es, lo que nunca sabremos es el porqué y quien atiza las ascuas de ese infierno.

C. Rodríguez